Me encantó esa película, pero no el argumento o el guión, todo eso me resultó conocido, previsible y típico producto yanqui, pero me dejé llevar por el 3 D, y me volví fanático del 3 D, aunque vi otras en 3 D, animación, porque llevé a mi hijo, la única que me copó fue Avatar.
Sin embargo, me dejó pensando.
Siempre se sueña con volver el tiempo atrás para el cuerpo, entre esas fantasías, mi mujer siempre dice que ella espera un milagro, uno en el que se levanta por la mañana y se ve flaca y con 20 años.
Eso se contagia en uno, y también quiere verse como a los 20 años, aunque ya que es fantasía, yo al menos, me quiero venir mejorado, algunas cosas más grandes, más altas, con y pelo.
Sin embargo, volver en un cuerpo extraño, y en un planeta completamente ajeno, qué quieren que les diga, aunque se pueda volar, voltearse a una nativa, todo lo demás me parece tremendamente desventajoso.
No hay televisión, ni internet, hay que luchar con bestias horrorosas, hay que andar desnudo y depender de un árbol que ya demostró que cuando se irrita es temible.
No imagino qué se puede hacer con ese cuerpo extraño, que será largo, longilíneo y permite circular cómodamente por ese planeta, tenes todo eso en un lugar en el que sólo hay árboles, es un poco aburrido.
La gracia es tener todo eso, pero aca, bien condimentado con plata, para poder disfrutarlo.
No sé Avatar sería un buen lugar de veraneo, pero nunca un hogar.
De los lugares del verano, playa, viajes, e incluso en la pelopincho del patio, se vuelve a lo que uno siempre queja luego, el ruido, la gente, la locura de este planeta.
Pero no creo poder perder eso.
Yo, que soy un trasplantado, pues soy del sur, siempre extraño, siempre vuelvo, necesito ver las caras que me dieron certezas, no imagino la angustia de ese personaje que además de haber cambiado de planeta, también tiene un cuerpo ajeno.
Prefiero seguir con la fantasía de volver a los 20. |